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Nos ponemos al volante del juego de off-road con el que Milestone se quiere sacudir la seriedad de la simulación.

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Milestone se ha ido metiendo más y más en las dos ruedas en los últimos años, pero la compañía italiana nunca se ha olvidado de los volantes. Con esa idea en mente nos pusimos por primera vez a los mandos de Gravel, un juego de conducción off-road que se olvida un poco de la simulación y busca la diversión pura arcade. Esta vez, además, se lo han tomado todo de una forma un poco más peliculera.

En la demo que hemos podido probar hay varios eventos en los que competir a disposición del jugador, pero con la particularidad de que están todos agrupados en una campaña global con una trama de lo más curioso: participar en una especie de reality show para la televisión. Tu tarea consiste en correr en varias disciplinas y competir contra algunos de los pilotos más famosos (que no son reales). Han sido hábiles a la hora de encontrar un punto de partida distinto a lo tradicional porque es una buena forma de obligar a los jugadores a ir cambiando de tipos de eventos sin que parezca forzado gracias a ese toque cinematográfico.

"Hay cuatro jefes y vas corriendo por episodios, cada uno con una temática", nos dijo Michele Caletti, de Milestone, mientras jugábamos en Colonia. "Vas a ir escalando hasta enfrentarte a ellos en duelos directos y después está el jefe final, que es el ganador del programa del año anterior, así que al vencerle te conviertes en el nuevo amo del show", siguió explicando sobre la dinámica del modo carrera. Reconoce que esta presentación les ha permitido "mezclar modos de juego nuevos, localizaciones distintas y temáticas diferentes en algo que siempre será único".

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No tardamos mucho en tener un primer recuerdo al jugar. Era a Sega Rally, aunque puede que tenga que ver con que una de las primeras opciones en la lista de vehículos disponibles era el Toyota Celica, uno de los favoritos de los tiempos de la Saturn. Pero es cierto que no fue solo por los coches del garaje, ya que ese estilo visual brillante y colorido también evoca el espíritu del clásico de carreras off-road de Sega. Si el equipo es capaz de crear algo sobre aquella base, Gravel va a tener un punto de partida impecable, porque por muchos coches de rally de calidad que haya hoy en día, lo cierto es que casi todo tiende a la simulación o hacia el arcade con gráficos infantiles, y se está perdiendo el punto intermedio.

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La sensación que transmite el control es buena, equilibrada y sólida. Enseguida te lanzas a deslizarte sobre curvas repletas de barro para cazar checkpoints. La primera carrera fue en un evento de Campo a través en el que había que acelerar sobre hierba y tierra levantada para llegar a los puntos de control antes que los rivales. Corríamos sobre un escenario enorme, con hierba alta y árboles por todas partes. En una ocasión se nos fue de las manos y acabamos bien lejos del trazado correcto. Aunque el control sea preciso, cuesta cogerle el punto a cada vehículo y a cada superficie, pero Gravel tiene un sistema de corrección de errores mediante el rebobinado como Forza Horizon. Seguro que los puristas se enfadan otra vez, pero a los jugadores que solo quieran pasar un buen rato les ahorrar más de un disgusto porque cuando se va, se va.

Impresionante era la localización de la siguiente carrera. En esta parte llamada Wild Rush te metes en circuitos con un aspecto único, y en este caso consistía en dar vueltas en una cantera. No hay ninguna mecánica concreta que haya que destacar de este modo, pero nos gustó mucho el sitio y las calzada enrevesada que permite construir. No hay que olvidar que todo esto estaba pasando dentro del concurso y se emitía por la televisión, como también el evento Speed Cross sobre circuitos reales repletos de saltos y chicanes, o Stadium, una mezcla entre el real y el ficticio. Lo que nos ha quedado claro es que los italianos quieren que todo se vaya mezclando con todo de una forma u otra.

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El otro elemento que añade variedad al juego es el propio vehículo que conduces en cada momento, y una vez más la idea es que haya un poco de todo. Todoterrenos, SUV, camionetas y coches adaptados, de corte clásico o moderno; una selección para pensar en habilidad más que en nostalgia, aunque seguro que los dos aspectos os acaban marcando.

Nos gustaría hacer un juicio un poco más concreto sobre las físicas, pero probamos pocos recorridos y pocos vehículos. Caletti nos afirmó que "tiene un motor realista completo por debajo para que te dé sensación de conducción buena". Para ellos está siendo un reto combinar físicas realistas con una jugabilidad arcade que permita a cualquiera coger el mando y apañarse al menos un poco. "Puede que recuerde a algunos juegos del pasado, pero transmite una sensación más sustanciosa al conducir, y es algo que vas a poder notar desde el primer momento".

Toda esta partida fue en solitario, pero nos confirmaron que tiene planes para incluir modos multijugador. También pudimos echar un vistazo a un editor que permite cambiar algunas de las condiciones de carrera y poner, por ejemplo, condiciones adversas o que sea de noche para complicarlo un poco más. La propuesta es interesante, pero Milestone tiene trabajo por delante para alcanzar el equilibrio entre todos esos elementos que están mezclando: entre las físicas convincentes y la intensidad de lo arcade, entre carreras en lugares imposibles y gráficos realistas. Hay muchos juegos de velocidad y de rally muy buenos en estos momentos, pero es muy refrescante encontrar un juego un poco distinto como este Gravel.

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