Test Drive Unlimited 2

Debido a un problema técnico en las oficinas de Namco Bandai no pudimos, como estaba planeado, recorrer Ibiza con el estudio Eden Games en su tour personal por las delicias de la isla. El multijugador ha sido restringido a favor de un vistazo bajo el capó del modo en solitario, de sus primeras horas. Se podría comparar a la diferencia entre el onanismo y el sexo: diversión en una excursión en solitario, pero todo el disfrute es en compañía.

Siguiendo con la metáfora, es algo que vas disfrutando más cuanto más practicas definiendo las curvas y confiando en tu manejo. Y las referencias sexuales podrían seguir. El mayor gancho de Test Drive Unlimited siempre ha sido la pornografía del coche y la excitación de fanfarronear de que corres mejor que los demás. Quedó clavado en el original y aquí sigue igual: un juego de carreras abierto en el que el juego en línea y local se integran de forma fluida.

Ya conoces el sistema. Vas progresando poco a poco en una isla soleada poblada por NPCs o jugadores online, dependiendo de si has enlazado tu isla con el servidor TDU. Con unas ráfagas señalarás un desafío para adelantar a otros conductores y quitarles las pegatinas, accediendo a mejores y más emocionantes carreras y estimulando tu ego hasta creerte que eres el señor de la carretera. Simplemente no tiene tanto sentido cuando vas el primero y no tienes con quién compartirlo.

El comienzo de ese modo en solitario es complicado. Los novatos se frustrarán rápido, los jugadores ocasionales lo dejarán de lado pronto. Puede que los fanáticos del arcade encuentren poca diversión en el manejo adicional que requiere tomar bien una curva, más allá del típico uno-dos entre freno y acelerador para salir propulsado. Test Drive conoce a su audiencia, y para esos usuarios de Xbox que busquen una experiencia de simulación, esto podría ser lo más parecido a Gran Turismo que aparezca en la consola.

Y deberás tener paciencia. El primer examen de carnet, con el tema de frenar y adelantar, requiere cierto grado de concentración, y los límites del crono son lo suficientemente apretados. Las licencias que vas consiguiendo te otorgan el derecho de participar en sus campeonatos equivalentes. En estos tiempos, cualquier otro juego te habría dejado pasártelos en un momento. Estuvimos la mayoría del tiempo de prueba intentando una y otra vez pasar el primer campeonato, que se celebra en una pequeña esquina de la isla.

Los campeonatos te enfrentan a un corredor rival. Habrá otros coches en la parrilla de salida, pero casi siempre serán estos rivales los que den caña en las tablas de clasificación, basadas en puntos, así que ya sabes en quién debes centrarte: véncelos y obtendrás la puntuación. La inteligencia artificial en esta fase temprana es comprensiva. Tu coche no lo es.

Escoges entre tres al comienzo del juego, una vez te despiertas de un sueño húmedo que te enseña los conceptos básicos al volante de un Ferrari. Ford Mustang, Lotus Espirit y Lancia Delta aparecen disponibles. Ya sabes que cogerás el Mustang, pues los otros son tan atractivos como cajas de zapatos con ruedas dibujadas en comparación con el músculo del Ford, pero merece la pena probarlos todos. La sensación de conducción es diferente con cada uno, y como todos aparecen en tu primera práctica al volante, podría venirte bien para no suspender.

Las lecciones están divididas según tipos y profesores, cada una con sus propias características carismáticas. Diríamos que los fans más duros pasarán un poco de la personalización de la que Eden ha dotado a los NPC, pero es un buen gesto y un intento de aportar robustez al universo TDU.

Comienzas en lo clásico, pero poco después verás carreras Asphalt y Off-road. Mucho estará bloqueado en las primeras horas de juego, aunque existen cantidad de lugares a descubrir en los circuitos de tu primer Campeonato. Una vez que los encuentras, aparecen marcados en tu mapa y abren nuevas oportunidades para explorar la isla, descubriendo otros lugares y retos hasta que toda la ínsula está cubierta de una red de puntos para tu GPS.

La isla en sí es una interpretación artística de la realidad, pero con suficiente detalle para evocar el escenario. Podemos dar fe del realismo tras pasar cerca de los pueblecitos playeros que nos recordaron a nuestro viaje a Ibiza hace unos años.

Como antes, es posible conducir libremente si ese es tu deseo, y de esa forma también pueden aparecer desafíos a escoger. Pasar por delante de un coche de policía puede derivar en una secuencia persecutoria, por ejemplo. La acción se detiene en cuanto nos quedamos dando vueltas sin control levantando el polvo fuera de la calzada y escuchando las sirenas llegar. Sin embargo, un menú pop-up que avisa de nuestro arresto también indica dos divisiones diferentes y sus propias barras de progreso. Que podamos escoger entre el forajido y la ley (seremos lo primero en este caso), sugiere el tipo de carreras que podremos comprar o desbloquear en la isla.

Más simulación que emociones rápidas, puede ser, pero eso significa que las carreras ganadas con el sudor de la frente saben mucho mejor. Y la escala es masiva. Levantando la copa de tu primer campeonato antes de que acabe el evento TDU o simplemente conseguir pasar la última curva con el Mustang y llegar primero a la recta final son buenas sensaciones. Si Eden puede conseguir que un seguidor de lo arcade se lo pase así y se maneje con estos coches sin perder velocidad, algo ha hecho bien.

Ahora imagínate esas emociones, pero con buena compañía. Tristemente, tendremos que esperar algo más para experimentar esa posibilidad. De momento, excitación para uno solo.