Análisis de Battle Chef Brigade

Desde los tiempos de Cooking Mama y hasta la llegada de Overcooked nos habíamos quedado sin referentes de cocina en los videojuegos. Sin embargo, ya hemos podido comprobar en varias ocasiones que los fogones son el lugar ideal para algunos de los minijuegos más divertidos. Battle Chef Brigade quiere demostrar que esta ambientación también puede sacarle mucho juego al modo un jugador, y lo trata de hacer de la forma más creativa posible. Mientras que los trabajos de Ghost Town Games y Majesco iban de servir la mayor cantidad en un tiempo limitado, aquí hay que centrarse en una menú. Nunca vas a tener que cocinar más de tres platos a la vez, y en la mayor parte de los casos, solo tienes que hacer uno o dos.

Este juego va de dar a ese guiso el amor y la atención que se merece. Todos los ingredientes que le pongas van a aportar un toque específico, que se representa en forma de bolas de colores. La roja le va a dar ese calor picante, la azul es refrescante y la verde recuerda al rico saber de lo natural. Si pones tres iguales juntas se crea una bola más grande que enriquece mucho más el sabor. Añade a este idea básica que hay recipientes con los que potenciar las bolas con tan solo colocarlas una al lado de la otra u otros que hacen que vaya aumentando su fuerza de forma lenta y gradual, así como el cambio de color de los ingredientes y ya te vas imaginando de dónde salen los puzles.

Todo se hace contra el reloj, así que no pueden quedarse pensando todo el tiempo en las combinaciones. A veces hay dos o tres minutos para trabajar, así que es necesario tener un buen ritmo y planificar bien para ser un gran chef. Lo bueno es que hay una curva de aprendizaje magnífica que va introduciendo las mecánicas al ritmo justo, y que hace que lo que parecía simple y luego se ha convertido en algo complejo sea un reto y no un agobio. Todo lo que tiene que ver con los puzles está implementado estupendamente, pero por desgracia hay otro aspecto que considerar que no está tan bien ejecutado.

Antes de preparar la comida hay que conseguir los ingredientes. Están afuera, en el jardín, lo que garantiza que sean siempre frescos, pero hay un problema, y es que hay monstruos. El sistema de combate es muy básico y no aporta demasiado. Hay alguna idea buena, como por ejemplo que si un pájaro se come la presa antes de recogerla va a poner un huevo que también te sirve, pero son escasas. Generalmente hay un monstruo grande escondido en el nivel que tiene la mayor parte de las materias primas, pero esas batallas a veces se hacen eternas y aburridas. Como ya dijimos, tienes muy poco tiempo para preparar el plato, así que puede que un enemigo pesado te estropee todo el día de cocina. El sistema de combate funciona, pero al lado de unos puzles tan buenos languidece.

Y tampoco ayuda mucho el guión. No es que sea una desgracia, porque la mayor parte del tiempo hay conversaciones que fluyen en concordancia con el estilo visual, pero hay otras en las que no tiene ningún sentido. Además, pronto se convierte en una rutina narrativa. Te despiertas, completas los tres objetivos laborales, retas a alguien de la ciudad a un duelo a lo Master Chef, te vas a la cama y hasta el día siguiente. De repente aparece un personaje que parece que te conoce del pasado y cambia un poco la historia. El problema es que nunca nos habíamos conocido, ni nos habían presentado ni nada, así que es una inventada en toda regla. Al menos hay un buen doblaje de voz al inglés, al menos decente, pero con ese diseño de personajes tan magistral se lo pasamos.

La cuestión está en cómo sobrellevar la rutina, como en la vida misma. Tus tres trabajos aportan un dinero que puede usarse para mejorar el equipamiento de batalla, pero lo bueno es que no lo haces por grindear sino porque son tareas divertidas. La que más nos ha gustado consiste en maximizar el sabor de un ingrediente determinado. Aquí no hay límite de tiempo, así que puedes experimentar y probar. Hay otra en la que, ahora sí, debes cocinar tantos platos como puedas, pero sin que sean todos iguales. Mientras que el último trabajo es esa caza que no nos ha gustado demasiado.

Battle Chef Brigade ha sido una sorpresa agradable. Ya sabíamos lo divertido que puede ser meterse en la cocina con los amigos y retar a los demás en pruebas de habilidad, y ahora hemos descubierto que también te lo puedes pasar bien por tu cuenta, evolucionando un concepto que ya conocimos en Fantasy Life desde el punto de vista opuesto. No es perfecto porque alguna tarea es monótona y tiene ciertos fallos de guión, pero sus puzles son muy entretenidos, hay variedad y hasta te deja inventar. Vive la Brigade.