Análisis de Agents of Mayhem

Tras el lanzamiento de Gat Out of Hell en 2015, la serie Saints Row se encontraba en una situación un tanto incierta. Sus desarrolladores, Volition, parecían haber estirado la franquicia hasta que ya no daba más de sí, exprimiéndole hasta la última gota e incorporando novedades cada vez más absurdas, entre las que se incluían superpoderes, extraterrestres e incluso un musical ambientado en el mismísimo infierno. Sin embargo, en vez de continuar por este camino sin salida, los de Volition han optado ahora por expandir sus horizontes y crear una nueva IP de superhéroes conocida como Agents of Mayhem, que está ambientada en el mundo de alta tecnología de Seúl, la capital de Corea del Sur. Este título es la primera franquicia nueva del estudio desde el lanzamiento de Saints Row en 2006 e incluye una mecánica que nos permite alternar entre un amplio elenco de héroes durante los combates.

Como sucesor espiritual que es, las raíces de Agents of Mayhem permanecen firmemente ancladas en el universo Saints Row, desde la obsesión del agente con el color morado hasta el aspecto tan familiar del emblema, pasando por su excéntrico sentido del humor. Además, dos de los agentes desbloqueables son viejos conocidos de entregas anteriores de Saints Row: volveremos a ver a Kingpin, quizá más conocido como Pierce, y a la bestia rusa Oleg, que ahora se llama Yeti. Incluso tendremos la opción de manejar a uno de los favoritos de los fans, Johnny Gat, gracias al DLC. A pesar de que no reniega en ningún momento de su pasado, Agents of Mayhem incorpora su toque personal y suficientes mecánicas nuevas como para distinguirse de sus predecesores.

Como ya hemos mencionado, durante la partida podremos alternar entre tres agentes diferentes, aunque es posible desbloquear más completando operaciones específicas. Cada uno de ellos posee habilidades propias que lo diferencian del resto. Rama, por ejemplo, es rápida y ágil y cuenta con un arco que apunta automáticamente con el que ejecutar ataques a larga distancia. Hardtack, sin embargo, es mucho más corpulento y torpe, pero puede acribillar a los enemigos con su potentísima escopeta. También tendremos la opción de personalizar a nuestro equipo de tres agentes antes de comenzar la misión. Para ello, tendremos que adoptar un enfoque estratégico, ya que el objetivo es juntar a un trío de héroes con habilidades que se complementen. Un agente como Yeti, por ejemplo, que puede aturdir a los enemigos con su cañón de hielo, combina a la perfección con Hardtack, que posee la habilidad de causar más daño a los enemigos aturdidos. Para cambiar de un agente a otro, basta con que pulsemos los botones izquierdo y derecho de la cruceta, un sistema que nos parece extremadamente fluido, incluso en pleno tiroteo.

Los agentes también cuentan con su propio conjunto de artilugios especiales, artilugios pasivos y armas que iremos desbloqueando a lo largo de 20 niveles. Con ellos, podremos dar forma a las habilidades de nuestro personaje alterando factores como el daño causado por las armas, la cantidad de salud que recuperamos y los efectos de las armas secundarias. Esta libertad de personalización se ve aumentada gracias a un árbol de habilidades parecido al de la serie Borderlands, en el que podemos asignar puntos desbloqueables para mejorar ciertos atributos. Además, cada agente cuenta con su propio ataque especial, conocido como habilidad mayhem, que podremos activar tras acumular un determinado número de muertes para presenciar algunos de los momentos más divertidos del juego. La habilidad mayhem de Kingpin, por ejemplo, actúa como el molatrón de Ratchet & Clank, pues obliga a los enemigos a bailar al ritmo de un radiocasete gigante.

Hay que admitir que nos divertimos mucho avanzando a base de saltos triples por las azoteas rodeados de una marea de luces morado neón y recogiendo esquirlas de cristal como en Crackdown por el mundo abierto de Seúl. Sin embargo, más allá de esto, muchos de los objetivos secundarios nos parecieron simples distracciones en las que nos limitamos a disputar carreras en las que debemos pasar por puntos de control, salvar rehenes y eliminar tropas y vehículos. Las actividades secundarias ridículas siempre han sido un elemento esencial de la serie Saints Row. Nos vienen a la mente, por ejemplo, Fraude al seguro, Rastro llameante o Caos de tanque. Sabemos que Agents of Mayhem es un título independiente, pero es difícil no pensar en lo bien que se las habían apañado los de Volition con estas misiones en anteriores entregas.

El refugio tecnológico de Seúl, en Corea del Sur, sirve como telón de fondo para nuestra aventura. La ciudad se presenta decorada con cerezos en flor, arquitectura tradicional asiática e imponentes rascacielos. No obstante, si bien es todo un placer explorarla, hay que decir que las calles parecen estériles y vacías. Por mucho que lo intentamos, no conseguimos tener esa sensación de estar ante una próspera utopía futurista. Otros títulos, como Grand Theft Auto 5 y Watch Dogs 2, salen mucho mejor parados en este sentido gracias a sus calles llenas de peatones, a los que podemos ver conversando y practicando actividades de ocio, como tocar instrumentos musicales o hacer yoga.

Agents of Mayhem cuenta nada más y nada menos que con 16 niveles de dificultad, en los que los jugadores más valientes obtendrán atractivas recompensas, además de un total de 52 misiones y abundantes objetivos secundarios y desbloqueables que nos mantendrán ocupados durante horas. Lo que sí echamos de menos, no obstante, es la posibilidad de completar la campaña junto a un amigo. En lugar del modo cooperativo, en Agents of Mayhem hay contratos, que nos permiten unir fuerzas con otros usuarios en línea para cumplir objetivos menores en un tiempo limitado. Aunque se agradece que se haya añadido alguna función multijugador, la falta de un modo cooperativo nos ha decepcionado bastante, ya que la posibilidad de jugar con amigos era precisamente uno de los puntos fuertes de Saints Row IV, sobre todo en lo que respecta a la rejugabilidad.

Como ocurre en el resto títulos de Saints Row, en Agents of Mayhem contamos con una base de operaciones denominada El arca, donde podemos comprar nuevas mejoras, participar en ejercicios de entrenamiento en realidad virtual y embarcarnos en objetivos de conflictos globales. Al igual que ocurre con la mesa de guerra de Dragon Age: Inquisition, Conflicto global nos permite enviar a agentes inactivos en nuestro nombre a buscar dinero y otros recursos. Las simulaciones de realidad virtual, por otro lado, son la forma perfecta de probar a los agentes que acabamos de desbloquear, ya que en ellas podremos enfrentarnos a programas que abarcan todos los tipos de enemigos. En el Arca, también podremos comprar mejoras para la agencia que nos proporcionan beneficios en relación con el número de puntos de experiencia que obtenemos, la cantidad de veces que podemos usar 'boosts' al conducir o la cantidad de salud que recuperamos.

Los gráficos de Agents of Mayhem son tremendamente vibrantes, con un estilo como de dibujos animados bastante similar al de Overwatch. Las escenas de vídeo también se han animado por completo para darles ese toque de los típicos dibujos del sábado por la mañana de principios de los 90. Sin embargo, el hecho de que tenga un aspecto estupendo no quita que se produzcan ciertos problemas de rendimiento, sobre todo cuando nos estamos enfrentando a las oleadas de enemigos. Es entonces cuando la tasa de fotogramas por segundo comienza a experimentar bajones. También nos encontramos con algunos problemas técnicos, como cuando los enemigos se quedan atrapados en objetos. Por si fuera poco, el juego se nos colgó dos veces, lo que nos obligó a volver a empezar desde el principio. Esperemos que los de Volition saquen un parche para solucionar estos problemas, porque son suficientes como para dificultar los por otro lado excelentes combates del juego.

Si sois uno de esos fans que ya se está mordiendo las uñas esperando el lanzamiento de Saints Row V, no dudéis en echarle un ojo a Agents of Mayhem. Puede que sufra de un número considerable de problemas técnicos y pequeñas imperfecciones, pero no por eso deja de ser un juego divertidísimo y con mucha personalidad. La posibilidad de cambiar entre tres agentes sobre la marcha aporta una capa extra de profundidad estratégica y su hermoso mundo como de dibujos animados, sumado a su humor absurdo, os mantendrá enganchados de principio a fin.