Microsoft ha aceptado una propuesta de acuerdo extrajudicial por la que se obligada a pagar 10.000 dólares a una mujer que vio cómo su PC se había actualizado a Windows 10 a pesar de no haber recibido ninguna petición ni haber aceptado nada.
El PC de Teri Goldstein pasó automáticamente a la nueva versión del sistema operativo. Sin embargo la actualización fue incorrecta y a partir de ese momento el rendimiento del aparato bajó considerablemente, hasta que terminó por fallar y dejó de funcionar durante unos días. Una situación que sentó muy mal en la agencia de viajes que gestiona esta mujer estadounidense.
Fue entonces cuando Goldstein decidió denunciar a Microsoft por las pérdidas ocasionadas y por el coste de un nuevo ordenador. "No había oído hablar nunca de Windows 10", ha explicado a The Seattle Times. "Nadie me preguntó si quería actualizar", ha dicho en su acusación.
Microsoft, para evitar el ruido mediático que provoca un caso de este tipo y los posibles costes añadidos, ha decidido llegar a un acuerdo con ella antes de que se celebrase el juicio por el que se compromete a abonar esos 10.000 dólares.
Una decisión controvertida porque abre la puerta a que muchos nuevos usuarios sigan un camino parecido. Especialmente dada la facilidad de instalación con solo un par de clics de esta nueva versión y su rápida propagación por todos los PC del mundo.
La compañía de Redmond cambió de estrategia con su nuevo sistema operativo, y en lugar de cobrar por él como ha hecho durante décadas, se lo ha ofrecido gratis a todos los usuarios de las versiones anteriores, e incluso ha facilitado su instalación mediante envíos push desde que estaba en periodo de reservas. Será así hasta el próximo 29 de julio, fecha a partir de la que volverá a ser de pago.