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Resident Evil 7: Biohazard

Resident Evil 7: Biohazard - impresiones PSVR

Marguerite Baker está muy enfadada y no va parar de buscarte con su linterna hasta que dé con tu escondite.

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No sé si es por el propio headset, por el pequeño recorrido de terror que Sony nos había preparado antes por las instalaciones con una compañía de teatro o por las sensaciones de la partida, pero al acabar la nueva demo de menos de diez minutos de Resident Evil 7: Biohazard con PlayStation VR estaba sudando sin haberme movido de la silla. Lo que sí hice fue moverse sobre la silla para husmear, espiar y esconder el cogote. La cosa va mejorando.

Esto no es Kitchen, una pequeña representación estática que ya ha quedado anticuada aunque ahora esté llegando al gran público porque se puede descargar de forma gratuita desde PSN. En esta ocasión Capcom sí ha adaptado una fase el juego real para que podamos comportarnos de forma natural, o al menos como se espera del jugador cuando el título se estrene el próximo mes de enero. Es un pasaje que ya pudimos ver en el tráiler de gameplay "lantern" que tenéis al principio, pero en Realidad Virtual. Es completamente jugable, aunque por las circunstancias concretas es sencilla de manejar. No hay armas ni combate, solo hay un objeto y un puzle y, por tanto, prácticamente lo único que puedes hacer es huir.

Tras colocarte el headset y los cascos hay que completar un pequeño tutorial de movimiento que te enseña algo básico: te puedes mover combinando joystick adelante y cabeza, ya que el muñeco seguirá la dirección a la que mires girando lentamente, o te puedes mover pivotando 30º con cada toque al stick derecho. Además, corres con R3 y te agachas y te levantas con L3, ambas funciones imprescindibles para avanzar con éxito. El sistema funciona bien, te adaptas pronto y dominas la situación sin llegar a marearte porque los giros más bruscos, los de palanca, están bastante acotados.

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Seguro de mi mismo y de mi capacidad para enfrentarme al agobio y el asco que producen los Baker en cada minuto de su vida, es hora de empezar. Ni en en la casa ni con un personaje masculino. Es una mujer a las afueras tratando de escapar de la madre de la familia, que la persigue a voces con su candil por todos lados. El objetivo no es otro que aguantar estos minutos sin que te atrape en una zona pequeña, también una especie de casa pero no es la que hemos visto en otras ocasiones, quizá puede ser un viejo molino medio derruido porque está construida sobre una estribación de un río.

Espatarrada y encorvada parece que corre muy despacio, por eso la primera vez que cruzas la puerta del sitio sientes algo de alivio y te detienes a mirar a tu alrededor. El aspecto mugriento y abandonado es el mismo de siempre, aún más deteriorado por la baja calidad de las texturas que ofrece PSVR. Una lástima porque por un momento te hace irte de la partida y pensar en que debería ser un poco mejor. El juego de luces, todo a base de velas, es un alivio y un tormento, lo que realmente te hace meterte en lo peor. No hay narices a acercarse a ese trozo de pared completamente oscuro a ver si realmente hay alguna puerta más.

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No tardas mucho en volver a meterte en la historia, básicamente porque en cuanto cruzas la única puerta abierta Marguerite empieza a llamarte, ya en perfecto castellano. Y a chillarte, y a decirte lo tonto que eres por no dejarte querer por la familia. Empieza un juego al ratón y al gato que saca lo mejor de PSVR, o al menos te engaña para que te lo creas. No hay muchos escondites, debes ir buscando los dos o tres rincones que deja tras de sí, pero cuando estás ahí, agazapado, es inevitable seguir sus movimientos con la vista. El headset te permite estirar el cuello y asomarte por las rendijas de un biombo o el hueco entre dos tablones; si sabes donde está no te puede asustar y eso transmite un poco de paz.

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El puzle es extremadamente simple, sobre todo porque se ejecuta con las dos únicas oportunidades que tienes de pulsar el botón x en toda la demo. También sigue el estilo de los títulos iniciales, como tantas otras cosas, de los de coger un objeto en un lugar y buscar después dónde encajarlo para desbloquear el camino. El problema es que aquí el tiempo para pensar es menor con esta mujer tras tus pasos. Y, si te coge, pues toca volver a empezar tras un buen susto delante de tu cara en alguna pose rara.

Para terminar, de regalo, el tráiler de la familia a la mesa que Capcom nos enseñó hace bastante tiempo. Pero tenerlo delante en Realidad Virtual hace que el impacto sea mayor, incluso con la pérdida de resolución. Con toda la inmersión conseguida antes, este par de minutos de vídeo se hacen mucho más reales que viéndolos a través de la pantalla. Cuando el padre Baker se levanta para darte de comer esos sesos y te coge de la cabeza te invade el masoquismo para seguirle el juego, te fuera de forma invisible a posicionarte justo donde tu cabeza coincide con sus manos y ser torturado dentro de la escena. Si eres un actor más, hazlo en serio.

Resident Evil 7: Biohazard puede ser o puede no ser lo que la gente esperaba de la franquicia después de las últimas entregas dedicadas a la pólvora. Pero desde luego lo que sí nos ha dejado Capcom claro con esta pequeña prueba es que el juego se adapta como un guante a la Realidad Virtual. Por la temática, por la ambientación, por el ritmo y por el diseño de niveles y el movimiento de la cámara, que evita que maree. Aún nos quedan comprobar que sea también un buen juego.

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