3 formas de desintoxicarse de la adicción a los videojuegos

Entre el 20 y el 25% de las demandas de tratamiento en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona son por adicción a nuevas tecnologías, explicaba el coordinador de la Unidad de conductas adictivas en una entrevista a La Vanguardia. Desde hace años, la adicción a los videojuegos está tipificada como una nueva forma de ludopatía y aún son pocas las clínicas que llevan a cabo tratamientos concretos para la que muchos consideran la enfermedad de nuestro siglo.

Apenas existen unos pocos centros en todo el mundo especializados en la desintoxicación de internet y videojuegos. En China se encuentra un lugar pionero en la rehabilitación de adictos situado al sur de Pekín donde sus pacientes son sometidos a estrictas órdenes de conducta y a una férrea disciplina. Tras analizar cada caso, la persona se pone en manos de Tao Ran, psiquiatra y coronel del Ejército Popular de Liberación que mediante mano dura corrige los hábitos de los más de 6000 jóvenes que ingresan desde su fundación en 2006. Allí deben llevar uniforme militar, renuncian a cualquier contacto con el exterior y se les priva de todo aparato electrónico.

"La adicción a Internet provoca en el cerebro problemas similares a los derivados del consumo de heroína. Pero en general es incluso más dañina. Porque destruye las relaciones sociales a todos los niveles y va deteriorando el cuerpo sin que el enfermo se dé cuenta", asegura Tao en un reportaje para El País. La falta de socialización es uno de los principales problemas de los internos, por eso la clínica les deja tiempo libre para que se relacionen entre sí.

Es lógico que China sea precursora de este tipo de iniciativas, pues el país cuenta con el mayor número de internautas del mundo (más de 630 millones) y el propio Gobierno asegura que el 10% de los menores de edad son adictos a Internet. De la misma forma, un estudio de la empresa de análisis de mercado Eguan y la compañía de videojuegos Giant Interactive ratificó que alrededor de cien millones de jóvenes padecen algún tipo de transtorno mental por esta causa.

Sin embargo, existen otros centros que también trabajan la adicción a los videojuegos con diferentes tratamientos. En Reino Unido, la clínica Broadway Lodge de Somerset ha incluido en su programa junto a los adictos a las apuestas o la bebida a los jugadores de videojuegos. "Pondría mi mano en el fuego a que entre el 5 y el 10% de los padres o amigos dirían que conocen a alguien que sea un adicto a los juegos online", aseguraba de forma tajante Brian Dudley, jefe del centro, al medio The Telegraph.

Para Dudley la solución pasa por aplicar el Método de Doce Pasos de Minesota, un sistema especializado en la abstinencia para los jugadores. Bajo su punto de vista, la patología se resuelve mediante la conciencia del propio individuo, cuando "un adicto reconoce que su uso se ha convertido en un problema".

A pesar de todos los intentos por realizar estudios objetivos, aún no hay información fiable sobre la forma en la que los videojuegos pueden afectar al cerebro y si el componente online de estos títulos es determinante en el desarrollo de una patología. Según un informe de la Entertainment and Leisure Software Publishers Association (ELSPA), los juegos cooperativos incluso tendrían "un impacto positivo" al contrario de la postura que sostienen otros profesionales de la psicología como el propio orientador del centro, Peter Smith. Para él, la relación de la persona con el juego crea sentimientos artificiales generados por las endorfinas del cuerpo cuando el jugador obtiene alguna recompensa como matar un monstruo o resolver un rompecabezas.

Uno de los centros más importantes en el tratamiento de esta adicción se encuentra en una zona aislada de Washington donde ni siquiera se ven casas a los alrededores y la vegetación rodea las instalaciones. Se trata de reSTART, la única clínica de desintoxicación de videojuegos en Estados Unidos que con apenas tres dormitorios acoge a seis pacientes expuestos a una terapia en la que prima el contacto con la naturaleza y la integración social.

La doctora y fundadora Hilarie Cash explicaba al diario Vice el perfil de los internos que ingresan en sus instalaciones: "Son chicos jóvenes rebosantes de testosterona que necesitan canalizar toda esa energía en algo útil". De hecho, desde hace años reSTART solo acepta a pacientes masculinos. "Un día vino un matrimonio que quería ingresar a su hija. Nada más llegar, la joven empezó a ligar con el chico que le estaba enseñando el centro, así que decidimos no admitirla porque vimos que iba a causar problemas", cuenta Cash.

En todos los centros coincide que el porcentaje de pacientes varones es muy superior al de mujeres, quienes en ocasiones están allí por "trastornos de la personalidad y problemas de carácter", como en el caso de la clínica de Tao Ran donde solo hay 7 chicas y separadas del resto. La doctora Cash asegura que el motivo se debe a que los chicos son "socialmente activos por internet, pero están aislados frente a sus pantallas".

En reSTART la terapia está diseñada para que la desintoxicación sea un camino natural del interno y no un objetivo impuesto de forma obligada. De hecho, en ningún caso se les prohíbe renunciar a la tecnología pues reconocen que no es práctico en la sociedad actual. Le toca al propio paciente decidir qué tipo de contacto quiere tener y de qué forma va a afrontar su vuelta a un mundo en el que los dispositivos digitales están integrados en el día a día.

"Ellos crean un plan que llamamos 'plan de conciliación de la vida' y en el que se les pide pensar con mucho cuidado y con detalle cómo van a volver a incorporar los ordenadores en sus vidas, pero esta vez de una manera sana", explica Cash en un reportaje de Polygon. La experiencia del centro es que algunos de esos pacientes deciden por su propia salud dejar de jugar por completo porque sienten que es demasiado peligroso para ellos, mientras que otros definen qué límites no están dispuestos a cruzar.

El tratamiento está diseñado en dos etapas. Una vez que el interno es capaz de discernir y comprender su propia patología, pueden acceder a una segunda fase en la que se le asigna una casa donde convive con otras personas en situaciones similares. Allí solo se aplica una regla de oro: si no eres capaz de seguir un plan de vida equilibrado te expulsan y pierdes el derecho a permanecer en la vivienda. Cash asegura que en torno al 50 por ciento de los pacientes que superan la primera etapa se instalan en estos apartamentos con la finalidad de buscar trabajo y recuperar su antigua vida. El objetivo último es que sean capaces de asumir responsabilidades, fijar metas sean a corto o largo plazo y ser capaces de llevar una vida de forma independiente sin recaer.

Las clínicas de desintoxicación de videojuegos son aún escasas y resulta complicado establecer paralelismos entre los distintos tratamientos que se aplican en cada una de ellas, pero todas coinciden en concienciar al individuo de su trastorno para que la transición de la rehabilitación hospitalaria al mundo real sea lo más efectiva posible. "Me da miedo regresar a la vida normal. Temo volver a caer. Necesito más tiempo hasta que logre la confianza suficiente para enfrentarme a la vida", reconocía uno de los internos. Se trata sin duda de un paso difícil, pero para el que por suerte cada vez hay más ayuda.