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¿Merece la pena entrar en Rocket League ahora?

Diario de un novato a los mandos con uno de los juegos de moda.

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Desde que me hice con mi Xbox One, siempre he añorado aquellos títulos donde poder jugar con mis amigos vía multijugador offline. Con la moda del "siempre conectado", la gran mayoría de compañías han apostado fuertemente por la vertiente online, abandonando la pantalla dividida en juegos como Need for Speed o Halo 5.

Es por eso que, cuando fui a casa de un amigo y probé Rocket League en su versión de PlayStation 4, un halo de esperanza me rodeó, reviviendo sensaciones que no encontraba desde que salió a la venta Mario Kart 8. Así que cuando Psyonix anunció que estaban trabajando en una adaptación para Xbox One, no me pude poner más contento al saber que FIFA ya no monopolizaría más las reuniones en mi salón. Hace unos días decidí adentrarme en el mundo de estos partidos con coches, pero había una pregunta que no paraba de rondarme en la cabeza: ¿Partiré con mucha desventaja al inicio?

Primero quise hacerme a los controles, por lo que me metí en el campo de entrenamiento y comprobé lo difícil que se me hacía manejar el coche a la par que pensé la de partidas que me iba a tener que meter en solitario para coger nivel.

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Por tanto, una de las cosas que más he agradecido en Rocket League es que todos los coches sean iguales, ya que la única diferencia radica en el apartado estético de cada vehículo. Se pueden cambiar las piezas, más ahora que entrarán en escenas cajas de loot y mercadeo, pero que nunca repercutirá en la velocidad o en el turbo. De esta forma, en el online no encontrarás un desequilibrio aparente más allá de la pericia al volante de tus rivales y compañeros de equipo, reflejada mediante un nivel de usuario que aumenta en función de tus logros en los encuentros.

El número de nivel es solamente eso, una cifra que indica lo mucho que has podido jugar al título y, de hecho, a la hora de buscar sala no hay ningún filtro. Por eso, en mis primeras partidas competitivas en línea, el balanceo estaba bien equilibrado, y aunque no controles al coche todavía lo suficiente, harás jugadas aceptables y que te ayudarán a motivarte. Esto lo veo algo positivo, pues unido a los ránkings online, te picarás para seguir manteniéndote activo.

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Hay que echarle horas extra para ponerte al nivel de muchos jugadores, algo lógico debido a que el juego ya tiene su tiempo y enfrentándote vía cross-play a usuarios de PC. Sobre todo si no quieres depender de la calidad sino de la experiencia para no ser marginado por tus compañeros de equipo si eres malo. Pero debido al concepto en sí, esta situación no suele darse muchas veces.

Digamos que en Rocket League, al ir la pelota a su libre albedrío, es difícil pasar o centrar a alguien concreto. Por ello, lo único vital para sobrevivir en el campo es tu pericia a los mandos más allá de que puedas ser o no desplazado por tus compañeros. Su jugabilidad es en ocasiones aleatoria, y lo pude comprobarlo en los dos primeros partidos que jugué. Nada más iniciar, metí mi primer gol e hice alguna que otra jugada interesante, pero lo que fue en la segunda partida, apenas rasqué bola. Por eso insisto en lo de mejorar tu técnica antes de lanzarte al multijugador en red.

Eso sí, no todo podía ser tan bonito: los amistosos apenas se pueden disfrutar, porque muchos usuarios se desconectan cuando van perdiendo y el juego no les castiga, lo que provoca que no se eliminen esos comportamientos. Es una pena, pues la Inteligencia Artificial no está del todo depurada, convirtiéndose a veces muy irregular. El otro día jugando con un amigo en la dificultad más elevada, comprobamos que la máquina a veces era invencible y otras veces pasaba cosas por alto.

¿Miedo a entrar ahora en el multijugador online? Al contrario, ha sido una sorpresa agradable la robustez de los servidores. En ninguna partida he encontrado lag, y pese a que la conexión influye, hay en otros en el que es prácticamente imposible jugar fluidamente. Pese a que la comunidad se quejó meses atrás, todo en Rocket League va a una gran velocidad (tras varios parches, todo hay que decirlo).

Pero ante todo, Rocket League es adictivo como pocos, así que tenéis su correspondiente análisis en GameReactor por si queréis profundizar más. Si bien en su vertiente en solitario puedes acabar cansándote tras unos encuentros, en compañía gana muchísimos enteros como ya comenté más arriba. Tener tantas opciones ayuda bastante, e incluso en las últimas actualizaciones, Psyonix ha ido agregando más contenido como el baloncesto. Recomendadísimo.

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