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Análisis de Candle

Analizamos la preciosista obra de Teku Studios y su mundo tribal hecho de acuarela.

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Candle entra por los ojos. Ya lo hacía cuando en 2013 se presentó con una campaña de Kickstarter en la que su principal aval era un apartado artístico único, dibujado a mano y con multitud de elementos tribales. Ya entonces llamó la atención de diseñadores como American McGee (creador de juegos como Alice: Madness Returns) o Tim Schafer, pero el más que prolongado retraso hizo que muchos nos olvidáramos del proyecto.

Hasta que al fin ha visto la luz, el juego ha evolucionado, se han modificado algunos aspectos jugables y por el camino la versión de Wii U ha quedado en el aire. Sin embargo, en todo este tiempo el trabajo del estudio afincado en Teruel ha servido para germinar un juego tan hermoso como elaborado. Sería un error valorar Candle solo por sus genuinos gráficos, pues como plataformas ofrece una aventura compleja en la que el entorno es una pieza más del gran puzle que hay que resolver.

Todo comienza con Teku, el protagonista de la aventura que decide iniciar un viaje para salvar a sus compañeros tras haber sido atacados por una tribu enemiga. La premisa es sencilla y es fácil sentirse inmerso en el mundo tribal creado por el estudio. Todos los escenarios están conectados y cohesionados, de forma que cada paso que damos viene precedido de entender las reglas que te impone su propio universo. ¿Hay un muro que te impide avanzar y una palanca un par de metros antes? Quizás deberías observar qué ocurre tras accionarla, pues si una cosa queda clara tras jugar a Candle es que nunca hay un camino fácil.

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Las habilidades de Teku son tan sencilla como saltar e interactuar con los objetos cercanos. Sin embargo, posee el don de prender la vela que lleva en su mano. Gracias a ella puede dar luz, quemar y otras funciones que se descubren más adelante. Como en juegos de la talla del clásico Another World, todo pasa por analizar de forma detenida cada rincón del escenario en busca de la solución al puzle que nos tiene atascados. Y en ese sentido Candle no lo pone nada fácil. En ningún momento te marcan qué camino es el correcto o cómo actuar en situaciones en las que lo más habitual es quedarse bloqueado.

Aquí es donde el juego demuestra un soberbio trabajo de diseño para que mecánicas y apartado artístico confluyan en una sola unidad. Al principio todo es muy obvio, una trampa por aquí y un interruptor que pulsar por allá; pero pronto en los escenarios cada variación de color o marca tallada en una pared puede ser la clave en el próximo rompecabezas. Hay mecanismos que solo funcionan encendiéndolos con el fuego del protagonista, un elemento que toca buscar en los escenarios y evitar que obstáculos como el agua apaguen la vela.

No todo es saltar o usar la llama de Teku, también hay zonas con enemigos en los que toca ingeniárselas, pues si te descubren la partida se acaba. En estas ocasiones hay que apagar la vela para que no nos detecten, así como usar el sigilo con cabeza. Hay veces en las que lo más útil es ir por la espalda y empujarlos, pero quizás huir para así utilizar las propias trampas del entorno en su contra. El título nos obliga a fallar, a caer en el ensayo y error para buscar nuevas alternativas. En ningún momento es frustrante y es un interesante incentivo para interpretar desde otra perspectiva una ruta distinta.

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Y por supuesto es difícil no enamorarse de los gráficos de acuarela de Candle. Teku Studios ha prestado atención a los detalles, a plasmar de identidad propia un mundo fascinante de gran belleza y también peligros ocultos. El arte étnico que impregna cada palmo de los entornos es un elemento tan presente como necesario. En la gran mayoría de ocasiones atascarse en un puzle no significa estar estancado, ya que los rompecabezas se extienden por varias salas. La amplitud de los escenarios, sin embargo, a menudo choca con lugares poco intuitivos o situaciones que no siempre están al mismo buen nivel. A esto no ayuda un control poco preciso que dificulta medir los saltos o evitar una muerte inesperada.

No hay nada que no llame nuestra atención conforme accedemos a nuevas zonas. Los personajes que encontramos en la aventura tiene un diseño excéntrico y a menudo tienen peticiones muy particulares que tocará satisfacer. En este sentido hasta el ser más aparentemente débil esconde intenciones opuestas. Una lección que aprendimos para sobrevivir fue que la apariencia suele ser inversamente proporcional a sus habilidades. Una simple rana puede comernos de un lengüetazo si no le hacemos frente con el objeto adecuado. Y es que volver atrás para dar un nuevo uso a un ítem que tenemos en el inventario es una de las mecánicas a la que toca recurrir de forma constante.

Otro aspecto digno de mención es la música. La banda sonora de Candle es agradable y dan ganas de escuchar en bucle cada una de sus melodías. La inspiración de los entornos también se plasma en los temas interpretados con instrumentos étnicos y en general se trata de piezas que son una auténtica delicia para nuestros oídos. Lo mismo ocurre con la dirección sonora y gracias a la cual los efectos de sonido están perfectamente cuidados y acompañados por la voz de Pepe Mediavilla, la única del juego pero que sin duda es una garantía de calidad. El que muchos ya asocian a personajes como Gandalf pone la guinda a un apartado audiovisual de gran altura.

La redacción en castellano es exquisita y en Teku Studios pueden estar orgullosos de haber creado una obra de calidad fuera de toda duda, genuina y con un diseño para quitarse el sombrero. Las mecánicas de juego y los coloridos escenarios se sienten como un todo, con puzles inteligentes y con continuas novedades en su fórmula conforme avanza la aventura. Quizás algunas zonas sean poco intuitivas o el control no esté todo lo trabajado que nos gustaría, pero son errores menores en un título que puede presumir de tener una dirección exquisita y plenamente satisfactoria.

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08 Gamereactor España
8 / 10
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La conexión de los escenarios; apartado artístico soberbio; sus mecánicas de juego atrapan desde el inicio; la banda sonora es adictiva.
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El control es poco preciso; algunos escenarios no son nada intuitivos.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Sergio Tur

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