Análisis de Until Dawn: Rush of Blood

Cuando nos enteramos de que estaban haciendo un shooter sobre raíles basado en el universo Until Dawn, no pensábamos que fuera a ser tan literalmente sobre raíles. Es un término que usamos mucho en los videojuegos para referirnos a aquellas experiencias en las que tú no controlas el movimiento del personaje, sino que viene forzado por la máquina, y sobre todo surge de las recreativas de disparos con pistola, por razones obvias. Pues bien, resulta que Rush of Blood va directamente sobre los carriles de las vías de una montaña rusa, y por lo tanto de principio a fin de la partida juegas atrapado en un carrito de esta atracción infernal. Disparas a los enemigos desde tu posición, siempre sentado, y cuentas con pocas opciones en cuanto a libertad de movimiento, más allá de la ocasión puntual de disparar a una palanca para cambiar de vía y disparar a otros objetivos por un camino alternativo.

Por tanto, este spin-off nos recuerda a los clásicos juegos arcade de pistola como Time Crisis o The House of the Dead, y si todavía te gusta el género seguro que encontrarás algún momento de diversión en este shooter retorcido. Casi todo el rato te lo pasas disparando sin parar de forma salvaje conforme los no-muertos y otras criaturas extrañas y espeluznantes se abalanzan sobre tu vagoneta. La diferencia entre este juego y las recreativas de antaño es precisamente esa literalidad de los raíles, pues en lugar de ir paseando o montado en un vehículo de vez en cuando, aquí no dejas de moverte, sin pausa alguna, por los siete niveles del juego, esquivando peligros del decorado y tiroteando los objetivos de todas las formas y tamaños.

Se puede jugar con los mandos PS Move o con el DualShock 4, y la experiencia cambia completamente según esta elección. Nosotros preferimos el mando de toda la vida, y esto resulta irónico, porque llevas las manos juntas. Con el DualShock ambas manos y armas de fuego apuntan en la misma dirección, con las balas saliendo en paralelo, pero con un Move en cada mano puedes apuntar libremente en cualquier dirección con cada brazo. Es evidente que la libertad es mayor con los mandos Move, pero nosotros sentimos que nuestra puntería se desplomaba cuando los usábamos, y que atinábamos con mayor frecuencia y precisión con el mando normal. Pero funciona bien de ambos modos.

Y te hartarás de disparar, pues hay un montón de objetivos a la vista. Todo está ambientado como un parque de atracciones abandonado / casa del terror / mansión maldita de los horrores, con los clichés que implica, y desde ahí las vías te llevan a otros escenarios tenebrosos y escalofriantes, subiendo y bajando cuestas, afinando tu puntería, aumentando la cadencia de tiro de tus índices, agachándote para no chocarte con las trampas mortales y cambiando de arma al disparar a las cajas de arsenal que esconde el decorado.

Ahí está la gracia y la posible longevidad del juego: se puede disparar a prácticamente todo, y si eres de los que lucha por escalar en las clasificaciones online o superar las puntuaciones de tus amigos, entonces puede que volver a rejugar los niveles tenga cierto gancho y atractivo, subiendo la dificultad o intentando mantener los combos y los multiplicadores sin fallar ni un tiro. En ese sentido es cierto que el spin-off tiene cierta rejugabilidad, porque más allá de los enemigos están unos pequeños objetivos pintados por doquier, así como unos coleccionables a los que hay que acertar desde lejos en cuanto aparecen. Por tanto, los coleccionistas de gatillo fácil encontrarán más valor en Rush of Blood que los demás. Sin embargo, este tipo de iteración no casa bien ni con el jugador casual (que echará una o dos partidas y no volverá a ponerlo) ni con los fans del original.

Por otro lado, los que lo compren simplemente por llevarse algo que acompañe a su nuevo casco de Realidad Virtual PSVR -pues al fin y al cabo es un juego de lanzamiento- se encontrarán con un shooter muy, muy limitado y flojito, pero que ofrece algún que otro susto y momento de tensión. Lo reconocemos: pegamos uno o dos brincos en la silla durante nuestras partidas, y en un instante concreto que no vamos a destripar, pero realmente perturbador, casi nos cagamos encima. Pero esos momentos son la excepción, no la regla. Normalmente estás disparando sin parar contra objetivos inmóviles y empapándote de una ambientación, también lo confesamos, bastante inquietante en algunas escenas.

Los momentos más intensos suelen llegar al final del nivel, cuando hay una escena preparada bajo guión. Durante estos finales tienes que subir tu puntería, recargar de forma eficiente (un botón para cada arma en el DualShock o un gesto hacia atrás con los Move) y currarte la secuencia en orden. Hay un par de situaciones más difíciles en estas partes, pero nada que no se pueda superar con persistencia y precisión.

Una pregunta que se harán muchos jugadores, sobre todo los que jugaron o se vieron tentados por la aventura de miedo para PS4 del año pasado, es qué tal encaja o enlaza este shooter on-rails con la ficción del original. Conforme vas avanzando te encuentras con referencias constantes al primer juego, e incluso llegas a ver por el rabillo del ojo pequeños fragmentos de aquel juego que están sucediendo en paralelo en ciertas estancias. Incluso están los nombres de los personajes en ciertos rankings. Sin embargo, esto no se acerca para nada a una continuación de Until Dawn en condiciones, sino que es más bien una experiencia que ocurre a su lado y que coge prestada mucha imaginería y la temática general de terror, pero luego lo lleva todo en una dirección muy distinta.

Entonces, ¿es bueno? La verdad es que resulta complicado de decir, porque lo cierto es que hay algunos elementos que no nos han gustado nada, pero al mismo tiempo tienen que ver con su modelo sobre raíles y la falta de interacción sustantiva más allá de la acción de "apunta y dispara". Dicho esto, sabemos que no todo el mundo se sentirá así. Nos hubiera gustado que se hubieran centrado algo más en las partes de galería de tiro sin tanto movimiento, pues tras nuestras partidas son las que recordamos más divertidas: en ellas apretamos los dientes, disparamos con furia, en ocasiones con desesperación, intentando mantenernos con vida mientras el infierno se desataba ante nuestras narices.

Si buscas un shooter VR y no te importa ir en vagoneta sin parar, entonces considera Until Dawn: Rush of Blood con más fuerza que si, simplemente, buscas un juego casual y divertido con el que disfrutar o enseñar de lo que es capaz tu nuevo PSVR. Está claro que hay algunos momentos de horror auténtico en este título, pero no como para verlo como un juego de miedo; y en cuanto a su función de shooter, pese a lo poquito que dura, al final nos costó encontrar la motivación para montarnos otra vez en esta retorcida montaña rusa.