Análisis de Mr. Robot:1.51exfiltratiOn

Mr. Robot:1.51exfiltratiOn es muy distinto a cualquier otro videojuego que hayamos jugamos nunca. Da igual la plataforma. En estas fechas en las que los títulos basados en la narrativa van ganando peso y respeto, en la que algunos como el recién estrenado Virginia se atreven a comportarse como una película y a contar un guión sin diálogo, una plataforma carente de control preciso y dada a los desarrollos de presupuesto escaso como el móvil se presta a acoger todo tipo de invenciones y innovaciones.

Lo que veis en las capturas de pantalla que os traemos es todo lo que vais a ver durante la semana de duración que tiene el título. Primero, una breve introducción creada con fragmentos de grabaciones a baja resolución. Después, un plano fijo de un móvil en el suelo para que lo cojamos y, una vez pasada esa introducción, la interfaz del sistema de mensajería de E. Corp. El jugador no es ni Elliot Alderson (Rami Malek) ni Mr. Robot (Christian Slater), es él mismo con el nombre que se quiera poner y una vía de comunicación directa con fsociety, el grupo de hacktivistas que pone en tela de juicio el orden mundial a través de la (in)seguridad informática.

Por tanto, la primera conclusión que se saca y que hay que tener en cuenta es que para jugar a este título no hace falta haber visto la serie ni saber nada de su trama. Es cierto que conocerla ayuda a interpretar mejor las situaciones y a comprender un poco más el lenguaje, especialmente cuando te vas enterando a quién tienes al otro lado de la línea y lo asocias a su personalidad. Mr. Robot:1.51exfiltratiOn está abierto a cualquier usuario que tenga ganas de enfrentarse a un reto como este.

La propuesta es un reto en sí. En realidad es una aventura que avanza solamente a través de las conversaciones de esta app de mensajería, que relacionadas unas con otras constituyen puzles. Tus únicas acciones consisten en escoger entre generalmente tres respuestas predefinidas cuando llega el momento y adjuntar archivo en las contestaciones. Cada frase tiene un tono distinto para que vayas construyendo a tu personaje y sacando lo máximo de tus interlocutores, aunque una vez terminado la primera vez deja la sensación de que daba igual cómo jugaras o lo que dijeras, de que al final todo acaba como debe porque solo hay un final. Una situación bastante triste porque si toda tu partida consiste en esforzarte por dar con las respuestas correctas y al final no las hay, la sensación final es que no ha servido de nada (solo lo hemos jugado una vez, pero hemos visto otras partidas en YouTube para comprobarlo).

Lo más curioso, ingenioso y a la vez aterrador es el ritmo de la partida. El juego ha sido diseñado para simular una situación real, incluso las notificaciones son como las de una app corriente, aunque han sido astutos para no molestar y suena una vez por cada bloque de nuevos mensajes, sabe cuando estás pasando de ella. Tu tarea es ir contestando y ocasionalmente abriendo alguna conversación, pero cuando todo está dicho lo único que puedes hacer es esperar a que el teléfono vuelva a sonar. Tu personaje está en una situación pasiva y receptiva, y así te hace comportarte. Cuando tú haces esperar a la máquina no pasa nada, hasta que no das los siguientes pasos el tiempo de juego se detiene.

Al final lo que queda es el guión (todo en inglés). Night School Studio ha contado con la colaboración de Sam Esmail y el guionista de la serie, Kor Adana, además del estudio experto en narrativa Telltale. Y para mi el resultado global es decepcionante. Arranca como un tiro y engancha por su frescura y por la incertidumbre que transmite, tiene dos puntos álgidos muy marcados en los que vibra con intensidad y te engancha, pero entre medias hay fases de tedio y de insignificancia que son difíciles de arrastrar. Además de las conversaciones relevantes y de las personas que importan, te bombardea a un spam y te mete en un chat grupal no relacionado, relleno del malo.

Lo que sí hace muy bien es transmitirte la urgencia cuando corresponde y empoderarte en el cargo de hacker por horas; cuando pasas un par de días te das cuenta de que te has convertido sin quererlo en parte de fsociety, aunque no lo seas, que te comportas y te expresas como ellos. Un poder que te empapa, que te hace reflexionar si sería posible intentar algo así en casa, confundir a dos o tres empleados de bajo rango de una cadena larguísima para que ataquen a su propio sistema.

Mr. Robot:1.51exfiltratiOn cuesta 2,99 euros en la Apple Store y en Google Play, que esa calderilla no suponga una barrera de entrada para quienes tengan ganas de probar, porque se nota que está trabajado. En originalidad, innovación y riesgo, el juego es un diez. Pero dependes totalmente del guión y si al final flojea porque está alargado de forma artificial o porque notas que te engaña con la importancia de tus respuestas, fallas donde más importa. Aun así, es una experiencia recomendable, algo distinto y bien hecho siempre se merece una oportunidad.